Santiago, Chile. 3 junio, 2016. Luego de un primer trimestre que terminó registrando un crecimiento mayor al esperado (2,0% vs. 1,8% que arrojaba el IMACEC), los datos conocidos para el mes de abril nos devuelven a la realidad, con un crecimiento estimado de sólo 1,2%. Es importante entender que el relativo buen desempeño del primer trimestre se explica, en parte relevante, por el efecto positivo, por una vez, de la mayor abundancia de agua para la generación hidroeléctrica, o por el impacto positivo sobre el comercio de la transitoria caída en el tipo de cambio y las compras masivas desde Argentina, o el aumento de los viajes aéreos por la caída de tarifas gracias al menor precio del petróleo.
En el sentido inverso, la pobre proyección de abril se explica en parte por el impacto sobre la industria salmonera del alga que provocó la muerte de parte de la masa de peces, afectando la cosecha, o por resultados particularmente negativos en la minería, que están por debajo de la tendencia.
Con todo, mantenemos nuestra estimación de crecimiento para el año en un rango entre 1,5% y 2,0%, lo que por lo demás, se ubica en el centro de las expectativas del mercado.
Dentro de ese rango el sesgo es a la baja. Por el contrario, un eventual efecto favorable sobre las expectativas económicas, particularmente de los empresarios, ante el cambio político asociado a las elecciones del próximo año, podría tener un efecto positivo sobre el crecimiento de 2017, lo que nos lleva a tener una estimación de 2,4% para dicho año, pero con un leve sesgo al alza.
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