Descargar presentación de Mario Marcel, presidente del Banco Central.
Santiago, Chile. 22 diciembre, 2016. Las proyecciones presentadas por el Banco Central a la Comisión de Hacienda del Senado en el cuarto Informe de Política Monetaria del año (IPOM Diciembre) situaron en 1,5% el crecimiento previsto para 2016 -la estimación de la CCS es 1,6%- convergiendo con el piso del rango de proyecciones del IPOM anterior. Además introdujeron un nuevo recorte de ¼ de punto para el crecimiento estimado de 2017, dejándolo entre 1,5% y 2,5%, en lugar del 1,75% a 2,75% presentado en el informe de septiembre.
Mario Marcel, presidente del Banco Central dijo que «existe una alta probabilidad de que el crecimiento en 2017 sea mejor que este año, y esa mejoría se va a hacer notoria desde la segunda mitad de 2017».
Posiblemente lo más importante que contiene este IPOM de cierre del año, es que más allá del nuevo recorte efectuado sobre las proyecciones de crecimiento, el informe afirma que será necesario incrementar el impulso monetario en un contexto en que los riesgos han aumentado. Es decir, el panorama monetario en la economía chilena tendría un cambio durante 2017, que vería acentuado el estímulo actualmente vigente, mientras en EE.UU. se dirige en sentido inverso, lo cual impone una importante dosis de tensión sobre el tipo de cambio.
El escenario general de proyecciones se encuentra bien alineado con el consenso del mercado y con nuestras propias previsiones. Sin embargo, algunos aspectos merecen algunas reflexiones:
Este escenario podría verse exacerbado con una política monetaria local que propendiera a elevar, aún más, los estímulos monetarios actuales. Esto introduce un factor de riesgo adicional.
Es decir, en medio de la debilidad del ciclo, el principal impulso seguiría en manos del consumo y seguirían como factores rezagados la inversión y las exportaciones. A nuestro parecer, una mayor holgura monetaria podría, a través de la depreciación del peso, frenar la trayectoria relativamente más expansiva del consumo, y ser más bien neutra en su capacidad para afectar la inversión y las exportaciones, que en la actual coyuntura dependen fundamentalmente de la confianza empresarial y de la recuperación del comercio internacional.
Finalmente, el Informe ratifica el escenario de debilidad, y pone una nota de tensión sobre los acontecimientos internacionales, los que podrían precipitar un comportamiento más restrictivo en las políticas monetarias de EE.UU., mayores grados de proteccionismo e incertidumbre sobre los mercados externos, incertidumbres políticas en la región europea y condiciones financieras menos favorables en América Latina y China. Estos elementos introducirían mayores grados de volatilidad sobre la moneda local, con sus consecuentes efectos sobre la inflación y sus expectativas. Estos elementos podrían alterar la trayectoria de la inflación, que estaría situada durante el primer semestre por debajo del 3% en 12 meses.