Por Diego González, gerente general de Defontana.
Diego González, gerente general de Defontana.
Más allá de los ahorros de tiempo, costos y espacio, hay beneficios en torno a la seguridad, mayor eficiencia en el servicio y más control sobre los documentos firmados. Asimismo, agiliza la gestión de procesos, mejora y asegura la gestión documental, facilita la autentifica y la consulta de documentos.
Así, las Pymes debieran implementar la firma electrónica porque es una gran oportunidad para no quedarse atrás. Las empresas que aún tienen cierta reticencia para sistematizar sus procesos con las mejores prácticas de la industria, ya sea por considerarlos inalcanzables o complejos, pueden introducir la tecnología a su gestión de manera paulatina y comenzar a aprovechar sus ventajas de ahorro -tanto en costos operacionales como en tiempo y horas hombre- ; seguridad, transparencia y rapidez. También es una carta importante a la hora de comercializar con clientes y proveedores. No obstante, la mayor ventaja es la visión a largo plazo de que las nuevas tecnologías bien utilizadas pueden llegar a cambiar el futuro de un negocio.
Con todo, implementar la firma electrónica es muy fácil, sólo se debe llenar un formulario con una empresa acreditada. Sin embargo, el mayor desafío para las Pymes debe ser invertir en soluciones que sean un aporte a su negocio y que les posibiliten la disponibilidad en tiempo real de su información administrativa y de gestión, desde cualquier lugar, para una mejor toma de decisiones que a larga lleve a una optimización de su competitividad y rentabilidad.
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