Waterloo, Ontario, Canada. 15 enero, 2015. Samsung estuvo negociando con BlackBerry la compra de la compañía, dispuesta a pagar hasta US$ 7.500 millones, según una investigación de Reuters. Busca acceder a su cartera de patentes, a sus clientes corporativos y gubernamentales, y a su plataforma de sistemas embebidos.
John Chen; CEO de BlackBerry ha intentado mantener con vida a la compañía desde que llegó a fines de 2013. Su estrategia se reduce a dos palabras: network security.
El precio ofertado por acción le da un valor a BlackBerry de entre US$ 6.000 millones y US$ 7.500, incluyendo la conversión de una deuda de US$ 1.250 millones, según los documentos a los que accedió Reuters. Las acciones subieron un 30% su valor después de que Reuters publicó la filtración.
Según la agencia noticiosa, ejecutivos de ambas compañías se reunieron la semana pasada para discutir la compra, aunque todavía no fue concretada. Ambas compañías declinaron confirmar a Reuters la veracidad del informe que alertó sobre estos encuentros, aunque ante la repercusión mediática que tuvo, BlackBerry salió a negar que esas discusiones hubieran existido.
Por qué BlackBerry
Aunque la compañía está lejos de sus glorias pasadas, BlackBerry tiene tres bastiones que le podrían resultar muy atractivos a Samsung. El primero tiene que ver con la seguridad de su plataforma de comunicaciones, todavía en uso por gobiernos y empresas de todo tipo; ni Microsoft, ni Google, ni Apple han logrado desplazarla de los sectores gubernamentales.
Samsung intentó emularla con KNOX, su propia plataforma segura, pero terminó haciendo otra cosa: dándole parte de KNOX a Google (está incorporada en Android Lollipop) y haciendo un acuerdo con BlackBerry, por el que se convierte en un vendedor de BES (el sistema de gestión corporativa de dispositivos) mientras que se asegura que sus smartphones estén «certificados» para funcionar bajo BES y ser, así, más seguros.
El otro punto tiene que ver con la Internet de las Cosas, un segmento en explosión al que Samsung quiere entrar (lo puso como una de sus metas en la reciente CES, aunque apostando por Tizen, una distribución de Linux optimizada para estos dispositivos). BlackBerry también tiene su plataforma para la Internet de las Cosas, y tiene una gran ventaja: ya está en funcionamiento. Su sistema operativo QNX (que compró hace unos años, y que le permitió crear BlackBerry 10) ya se usa en centrales nucleares, estaciones espaciales y gestiona la computadora interna de 50 millones de autos. Es decir, su funcionalidad está probada.
La última palabra la tendrá, de todas formas, el gobierno canadiense, que ya bloqueó la venta a Lenovo, por considerar que poner en manos chinas servidores donde pasa el tráfico de datos de varios gobiernos occidentales era un peligro.
Y el tercer punto es la inmensa cantidad de patentes comerciales con las que BlackBerry cuenta, sin duda una poderosa arma de disuación ante posibles demandas de la competencia.
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