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Nueva York, EE.UU. 28 junio, 2017. Hace 10 meses, William Ackman pisó un escenario en la ciudad de Nueva York y confiadamente proclamado que las acciones de Herbalife se dirigían a US$ 0. Él se burló públicamente del batido para dieta al tiempo que anunció que su fondo de cobertura Pershing Square tenía vendidas acciones de Herbalife por una suma de US$ 1.000 millones, porque la empresa era una estafa piramidal.
Herbalife fue fundada en 1980 por Mark R. Hughes cuando tenia 24 años. Hughes murió en mayo de 2000 por una sobredosis de alcohol y Doxepin, un antidepresivo.
Ahora, Ackman se retira parcialmente de la masiva operación contra Herbalife, pero él no se da por vencido. En una carta a los inversionistas de su fondo de cobertura Pershing Square, Ackman reveló que en las últimas semanas Pershing había cubierto más del 40% de su posición definitiva, por lo menos 8 millones de acciones, «con el fin de mitigar el riesgo de una mayor valoración a precios de pérdidas en el mercado de Herbalife».
Ackman, sin embargo, no se está rindiendo en la guerra contra Herbalife, en cambio, adquirió opciones de venta y otros derivados que él describe como «de largo plazo». Con las acciones de Herbalife hasta más de 125% este año.
La operación de venta masiva de acciones de Herbalife hasta ahora ha sido brutal y se cubre parcialmente su venta después de que la acción se ha disparado. La subida en el precio de la acción de Herbalife ha causado a su fondo US$ 500 millones en pérdidas.
Mientras Ackman se retracta un poco al tener grandes pérdidas, sigue manteniendo una gran apuesta en contra de Herbalife. En su carta, Ackman dijo que su apuesta contra Herbalife sigue representando el 12% del capital de su fondo, por debajo del 16%. Como señaló, la exposición de su fondo de cobertura a las opciones de venta se limita a lo que las primas que paga por ellas.
También afirma que la reducción del número de acciones que vendió a corto plazo protegerá su fondo de cobertura Pershing Square de un potencial short squeeze. Los inversionistas se han ido acumulando, ya que en las últimas semanas está circulando la posibilidad de que la compañía podría realizar una recompra grande de sus acciones, una vez que que su nuevo auditor indique que la empresa obtuvo cuentas anuales limpias.
Ackman se mostró escéptico ante esta posibilidad.
Sin embargo, el movimiento de Ackman es algo así como una capitulación del fracaso que sufrió en el escenario de Nueva York el pasado mes de diciembre, y para Ackman es una admisión de fracaso táctico en la ejecución de su tesis bajista frente a Herbalife. «He aprendido que la clave para la inversión a largo plazo es equilibrar la confianza con la humildad de reconocer cuando los hechos ya no están en consonancia con la tesis de inversión original de uno».
Ackman dijo a sus inversionistas, en referencia a su salida de JC Penney, aparentemente también tratando de tranquilizarlos sobre su cruzada en contra de Herbalife. «Es muy importante no dejar que los factores psicológicos interfieran con la racionalidad económica en la toma de decisiones de inversión».
Ackman e Icahn continuan en su disputa por las acciones de Herbalife
Se podría llamar de «El show de Bill y Carl».
William A. Ackman y Carl C. Icahn –dos gigantes del negocio de fondos de cobertura (instrumentos de inversión alternativa, de alto riesgo) de Wall Street– se disputan una compañía de suplementos nutricionales llamada Herbalife. Argumentando que la empresa tiene un esquema piramidal, Ackman invirtió US$ 1.000 millones en una apuesta de que las acciones irían a cero. Icahn, tildándolo de un «niño llorón en el patio de la escuela», compró tantas acciones de Herbalife como le fue posible haciendo subir el valor de las mismas.
Esta disputa se ha mantenido por años, principalmente por un mutuo sentimiento de fuerte desprecio entre ambos, mas que por razones financieras.
Todo es parte del acto de un drama que ya lleva 5 años y que involucró a dos de los inversionistas que más de una vez han atrapado la atención y hasta desconcertado a Wall Street. Conocidos inversionistas como George Soros y Daniel S. Loeb también hicieron apariciones de este tipo.
En julio de 2016, el show tuvo un momento álgido. La Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) anunció duras sanciones contra Herbalife, acusándola de «engañar a cientos de miles de personas llenas de expectativas» y cuestionó sus prácticas de distribución y las formas de generar ingresos basados en la modalidad de venta de sus productos: del consumidor a sus amigos y familiares. La autoridad reguladora también multó a Herbalife en US$ 200 millones y ordenó la contratación de un monitor externo y el cambio de sus prácticas de negocio en los Estados Unidos. Estas sanciones también provocaron, aunque después de un año, la salida de su CEO Michael Johnson y la llegada de Richard Goudis en su reemplazo. Johnson continua en el Directorio.
La noticia de las duras sanciones contra Herbalife fue una victoria moral para Ackman, quien ha sostenido durante años que Herbalife estaba engañando a los clientes. Pero también parecía que Icahn había ganado la guerra por el futuro de la empresa debido a que la FTC no llegó a cerrar la empresa, que es lo que Ackman busca.
Icahn perdió poco tiempo disfrutando de la aparente victoria. En una declaración emitida el mismo día, indicó que incluso podría estar interesado en duplicar su posición.
Herbalife dijo que le dejaría aumentar su participación en la compañía hasta un 35%. La empresa también dijo que había sido «atacada por un especulador empecinado en una campaña de desinformación diseñada para destruir nuestra empresa».
El histrionismo no es inusual en Ackman e Icahn. Ambos construyeron multimillonarios fondos de cobertura, así como reputaciones de ser audaces, haciendo declaraciones inconformistas, a veces polémicas, sobre las empresas en las que invertían, a favor o en contra.
Carl Icahn en una advertencia dirigida a Ackman, dijo, «las obsesiones relativas al valor de las acciones son la ruina de muchos inversionistas. A menudo los ciegan a los hechos ya que los árboles impiden que vean el bosque».
Los dos hombres también han intercambiado estocadas en el pasado sobre otras disputas de negocios.
En una conferencia sobre inversiones en Manhattan el año pasado, los dos parecían estar de acuerdo en mostrar su disconformidad en su última disputa, abrazándose públicamente en el escenario.
«No se trata de ganar», dijo Ackman entonces, pero agregó rápidamente, «me gustaría dejar a Carl sin sus acciones».
«Herbalife es un juego de confianza. Carl es el jefe, el hombre de confianza. Si Carl sale, eso significa algo», aseveró Ackman.
Icahn atacó de nuevo, contrarrestando que Ackman «puede ser un tipo inteligente, pero claramente ha sucumbido a la misma enfermedad peligrosa (y a veces mortal) que afecta a muchos inversionistas: ha desarrollado un síndrome muy malo de obsesión por Herbalife».
Icahn fue más allá. «¡Me sorprende que un tipo que no tiene conocimiento alguno acerca de mi pensamiento sobre inversiones pueda creer que está en condiciones de ir a la televisión para decirle al mundo lo que YO pienso! ¡Asombroso!».
En su batalla contra Herbalife, Ackman hizo todo lo que está a su alcance y se comprometió a ir «hasta el fin del mundo» para derribar la empresa. Ha gastado decenas de millones de dólares en investigación y honorarios de abogados en una campaña contra la compañía. Ha caminado los pasillos del Congreso, presionando a los legisladores a tomar medidas, y personalmente instó a los reguladores a cerrar la compañía.
Ackman ha dado conferencias que duran horas enteras (la primera en 2012 se prolongó durante más de tres horas). Incluso ha llorado en el escenario, comparando las prácticas de Herbalife a las de la mafia y los nazis.
Al mismo tiempo, Ackman ha perdido miles de millones de dólares en su apuesta, ya que solo gana dinero cuando el precio de las acciones cae. Ackman dijo que donará una parte importante de sus ganancias una vez que logre derribar a Herbalife, sin embargo ha perdido importantes sumas para los inversionistas de su fondo de cobertura Pershing Square Holdings. Algunas de esas pérdidas han venido de su apuesta en contra de Herbalife, así como de una mala apuesta en Valeant Pharmaceuticals International, que ha sido objeto de escrutinio regulatorio y público.
Icahn, por el contrario, compró las acciones de Herbalife a un precio promedio de US$ 40 por acción y ha ganado un poco de dinero, ya que el precio de las acciones se ha disparado.
Ackman dijo que continuará su lucha para cerrar Herbalife y mantiene su especulación en las acciones.
«He sufrido a través de la parte más difícil», dijo.
Icahn tenía un mensaje diferente. En una advertencia dirigida a Ackman, dijo, «las obsesiones relativas al valor de las acciones son la ruina de muchos inversionistas. A menudo los ciegan a los hechos ya que los árboles impiden que vean el bosque».
Documental acusa a Herbalife de ser la mayor pirámide del mundo
La película logró entrar a Netflix e iTunes para colarse entre las más vistas reabriendo el debate sobre las prácticas de esta compañía.
Si busca en Google el documental «Betting on Zero» del realizador norteamericano Ted Braun, lo primero que aparecerá en la lista de páginas es un artículo pagado en el que se asegura que la película “es simplemente un intento de manipular el precio de las acciones de las empresas de venta directa para que los inversionistas puedan beneficiarse”.
Desde que Braun lanzó su documental, que por cierto recibió una mención especial del jurado en el festival de Tribeca en Nueva York a mejor investigación cinematográfica en 2016, ha tenido que esquivar una delicada red de artimañas para poder distribuirlo y llevar su principal mensaje: que Herbalife es la mayor pirámide comercial del mundo y tarde o temprano se derrumbará.
Pero los anuncios pagados en Google, la clausura de algunas cuentas en Twitter han sido el menor de los tropiezos. Según confesó Braun al periódico The Guardian, desde que concluyó su documental los distribuidores que contactó se negaron a comercializar el trabajo temiendo demandas de los abogados de Herbalife. De hecho, cuando presentó la película en la Galería Nacional de Retratos, en Washington en octubre de 2016, se sorprendió al enterarse que todas las 173 entradas habían sido vendidas pero la sala estaba medio vacía. Braun asegura que la abogada Heather Podesta y los socios de su empresa de cabildeo compraron la mayoría de las entradas.
El énfasis de Michael Johnson, ex CEO de Herbalife siempre estuvo en destacar un concepto a su audiencia: Reclutar. «Nunca tenemos que dejar de ser una compañía que principalmente recluta», decía.
El documental de Braun recopila una serie de testimonios de personas, principalmente latinos, que han perdido desde US$ 8.000 hasta US$ 22.000 en productos de la compañía. La acusación hace eco a una investigación de la Comisión Federal de la Competencia de Estados Unidos que el año pasado condenó al Herbalife a pagar US$ 200 millones a unas 350.000 personas por haber prometido a sus adherentes beneficios que no estaban en condiciones de alcanzar. Aunque la agencia reconoció los problemas en la operación de la compañía le permitió seguir operando siempre y cuando sus participantes comenzaran a ser recompensados por lo que venden y no en base al número de personas que reclutan.
Herbalife se concentró desde sus inicios en la venta de batidos de proteínas a través de marketing multinivel (MLM), una técnica que alienta a los distribuidores a contratar a otros distribuidores, ofreciendo una participación en sus ventas.
Las autoridades de California inicialmente trataron de contener a la compañía pero Mark Hughes, su fundador, se encargó de convertirla en una poderosa fuente de dinero. En el momento en que Hughes murió en 2000 Herbalife ya operaba en 94 países. Michael Johnson, un ex ejecutivo de Disney, ocupó la silla de Hughes y se convirtió en el ejecutivo mejor pagado de EE.UU. en 2011 con un salario de US$ 89 millones anuales.
El documental de Braun explora la profecía que hizo el 19 de enero de 2012 el inversionista Bill Ackman, que se atrevió a realizar una arriesgada apuesta financiera en contra de Herbalife. A través de su fondo de inversión apostó US$ 1.000 millones en contra de las acciones de Herbalife. De acuerdo con la revista Fortune, tras la operación bursátil las acciones de Herbalife cayeron 10% a los seis segundos y una semana más tarde, el valor de la compañía había caído un 42%. Ackman explicó en aquella ocasión que Herbalife operaba siguiendo un esquema piramidal en el que se engañaba a sus trabajadores. A lo largo de tres años invirtió más de US$ 50 millones para demostrar los trucos de Herbalife.
Según este trabajo, el 80% de las personas que entran a Herbalife en menos de 5 años han salido y han sido reemplazadas por otras. Cerca del 95% pierde la inversión inicial. El 1% de los miembros de Herbalife se quedan con el 88% del dinero que entra. «Las pequeñas mentiras no prosperan, las grandes sí», dice en algún momento Ackman.
Los directivos de Herbalife desde entonces han acusado a Ackman de ser un especulador financiero que apostó a la destrucción de la compañía y Ackman ha hecho lo posible por poner el mundo en contra para ganar su apuesta.
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