Santiago, Chile. 5 noviembre, 2015. Australia y Nueva Zelanda están trabajando para que las personas que viajen de un país a otro sin utilizar su pasaporte físico. En su reemplazo, buscan que un lector biométrico identifique la huella digital para acceder a los datos de los viajeros, los cuales estarán registrados en la nube. Si bien esto es un avance importante en pos de agilizar cualquier trámite, esta tecnología plantea desafíos importantes, respecto a la seguridad de los datos personales.
¿Qué ocurriría si alguien modifica la información de una persona desde dicha plataforma? Podría ser inculpada de algún delito, o en caso contrario, un delincuente podría pasar libremente de un país a otro. Nuevas tecnologías que abren puertas hacia el futuro, pero que conllevan riesgos si no se implementan correctamente o se toman las precauciones necesarias. Por eso, es necesario que las autoridades estén atentas a lo que ocurra con este caso, ya que es el primero del mundo en implementarlo. Mientras, es importante no abandonar por completo el pasaporte físico y repensar las inversiones en TI que hacen los gobiernos, en pos de un buen desarrollo tecnológico que beneficie a las personas.
No olvidemos las sabias palabras de Benjamin Franklin, “Aquellos que entregan su libertad a cambio de seguridad no tendrán, y no merecen ninguna de las dos”.
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